[Simposio 2016] «Yo vine para que tengan vida». La vida que brota de Dios en los sucesos de la historia

«Yo vine para que tengan vida». La vida que brota de Dios en los sucesos de la historia

Simposio Teológico-Pastoral 2016

24 a 26 de junio de 2016

Salón del Buen Pastor | Centro Pastoral de Paulo VI

Dando secuencia al itinerario temático que pretende preparar la celebración del Centenario de las Apariciones de Fátima, el último Simposio Teológico-Pastoral antes de esta celebración se centra, como viene siendo habitual, en el tema del año pastoral en curso en el Santuario de Fátima, explicitándolo de esta manera: «Yo vine para que tengan vida». La vida que brota de Dios en los sucesos de la historia. A lo largo de dos días y medio -24 a 26 de junio- se busca reflexionar sobre dimensiones fundamentales de la “vida en plenitud” que el acontecimiento cristiano posibilita como don y experiencia de alguna manera ya presentes y, simultáneamente, como promesa a realizar y esperanza a cumplir.

Bajo tres perspectivas de orientación temática -la vida “recibida”, “celebrada” y “donada”-, el Simposio va a reflexionar, antes de nada, sobre el don de la vida nueva que el evangelio de Jesús señala y ofrece y que cada acción de su Espíritu (que es también el Espíritu del Padre) actualiza en cada época y en cada lugar, al mismo tiempo que se destaca la tarea de construcción humana necesariamente envuelta en el acontecimiento de ese don. En este contexto, el cuidado de la vida aparece como exigencia evangélica que pide la respuesta de la libertad humana.

Reflexionar, en un segundo momento, sobre la vida “celebrada” conduce, por un lado, a analizar el sentido existencial inherente a la celebración cristina y, por otro, a descubrir -en la alegría cristiana, en la fiesta, en el sentido de la peregrinación- elementos que hacen emerger lo que es la vida en toda su profundidad. Una vida que se fija en el amor misericordioso de Dios y que, por eso mismo, se traduce en “donación” a los otros, en el actuar misericordioso y compasivo, en la dádiva gratuita del perdón. Se colocan así pilares básicos para profundizar en cómo la Iglesia puede y debe estar hoy al servicio de la plenitud de la vida.

El Simposio abrirá sus trabajos con una mirada sobre el mensaje de Fátima, procurando resaltar cómo en ella está presente la pregunta por la vivencia humana, sus límites y fragilidades, su sentido más profundo. Un sentido de vida que María encuentra y alaba en la actuación misericordiosa y salvífica de Dios: El Magnificat es, hoy también, indicativo que ilumina y da coraje a los caminos del vivir creyente.